«Son frágiles”, “no aguantan la presión”, “solo les importa el dinero”, “generación de cristal». Estas son frases que más de alguna vez hemos escuchado sobre la Generación Z. Y, aunque sus motivaciones sean distintas a las de los millennials o boomers, eso no los hace mejores ni peores: los hace distintos. Y esa diferencia es justamente su fortaleza.
Al momento de dar sus primeros pasos en el mundo laboral, tres motivaciones aparecen con fuerza: propósito, bienestar y dinero. Encontrar un equilibrio entre ellas no es tarea fácil, pero puede marcar la trayectoria completa de una vida profesional.
El primer trabajo no es solo un medio para pagar cuentas; es una plataforma para crecer, aprender y desafiarse. Es la etapa para atreverse, arriesgarse y tomar decisiones valientes. Es cuando uno debe preguntarse: ¿hacia dónde quiero llevar mi vida profesional? ¿Qué oportunidades me harán crecer y aportar al mismo tiempo?
Chile necesita a los mejores talentos, dispuestos a formarse como líderes del mañana desde hoy. El país enfrenta desafíos complejos y requiere profesionales capaces de unir excelencia técnica con compromiso social. Por eso, si estás dando ese primer paso, recuerda que el primer trabajo importa. No elijas solo por comodidad o inercia. Busca un lugar que te desafíe, que te impulse y que te permita generar un impacto real. Conviértete en el mejor profesional para Chile. Tu futuro —y el de todos— depende de ello.
Gabriela Del Pozo Directora Regional de Enseña Chile