Por Nicole Gutiérrez Jara, Ingeniera en Industria Alimentaria UTEM.
La Organización Mundial de la Salud instauró el 7 de junio como el Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos, que tiene como objetivo crear conciencia e inspirar acciones para ayudar a prevenir, detectar y gestionar los riesgos transmitidos por los alimentos.
Todos y todas tenemos derecho a consumir alimentos inocuos, es decir, que los manufacturados, con mínimo proceso o fresco, no causen daño a la salud del consumir.
Cada año, 600 millones de personas se contagian debido a 200 tipos diferentes de enfermedades transmitidas por los alimentos.
Este año la conmemoración tiene como lema «Las normas alimentarias salvan vidas» y busca realzar su papel fundamental en la reducción de las enfermedades transmitidas por los alimentos, garantizando su inocuidad, protegiendo la salud de los consumidores y fomentando las buenas prácticas en el comercio alimentario.
La inocuidad alimentaria es una responsabilidad compartida entre gobiernos, productores y consumidores. Todos desempeñamos un papel en la cadena para garantizar que los alimentos que consumimos sean inocuos y no perjudiciales para nuestra salud.
Para ello debemos relevar la importancia de conocer las cinco claves para la inocuidad establecidas por la OMS: usar agua y materias primas seguras; mantener la limpieza; separar alimentos crudos y cocinados; cocinar completamente los alimentos; y mantenerlos a temperaturas seguras. Lo esencial es que cumpliendo con esto, nos mantenemos sanos.
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