Mónica Panes Académica Instituto de Matemática, Física y Estadística Universidad de Las Américas

El 21 de mayo se celebró el Día Internacional de la Alfabetización Estadística, efeméride instaurada oficialmente en 2024. Su propósito es claro y urgente: destacar la relevancia de la alfabetización estadística como una herramienta esencial para formar ciudadanos críticos, capaces de interpretar datos y tomar decisiones informadas.

Desde hace ya varios años, estamos inmersos en una de las revoluciones más profundas de la historia: la de las tecnologías de la información y la comunicación. Su impacto se extiende a prácticamente todas las actividades humanas, transformando la forma en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos. En este nuevo entorno, las personas se enfrentan diariamente a un aluvión de datos provenientes de medios de comunicación, redes sociales y otras fuentes, presentados en forma de tablas, gráficos o índices numéricos. Esta información, muchas veces, influye directamente en nuestras decisiones, desde las más cotidianas hasta las más trascendentales, lo que plantea una necesidad urgente: ser capaces de interpretar, comprender y utilizar los datos de manera crítica y consciente.

En este contexto, la formación en el uso y comprensión de la información estadística adquiere un rol fundamental. Estamos rodeados de antecedentes que abordan dimensiones económicas, educativas, sociales, culturales y políticas, todos ellos con un impacto directo en nuestra vida cotidiana. Por lo mismo, la alfabetización estadística, entendida como la capacidad para interpretar, evaluar y cuestionar afirmaciones basadas en datos, se ha convertido en una competencia clave para desenvolverse en la sociedad.

Consciente de esta necesidad, el Proyecto Internacional de Alfabetización Estadística tiene como objetivo promover, diseñar y facilitar recursos que fortalezcan esta habilidad. Su enfoque es amplio e inclusivo: abarca desde la ciudadanía general, hasta los medios de comunicación, instituciones educativas y organizaciones sociales. La meta es clara: fomentar una cultura estadística que permita a más personas comprender el mundo a través de los datos, y no quedar al margen de las decisiones que estos inspiran.

En esta línea, Chile ha dado pasos significativos en los últimos años, fortaleciendo el currículo escolar mediante la incorporación del eje de Datos y Probabilidad en el Área de Matemática. Esto no solo introduce contenidos estadísticos, sino que también impulsa el desarrollo de habilidades como identificar, inferir y reorganizar información. La intención es que los estudiantes, además de comprender conceptos, desarrollen un razonamiento matemático sólido que les permita abordar problemas con pensamiento crítico.

Mientras más se fomente la alfabetización estadística en la población, mayor será su capacidad para tomar decisiones personales y colectivas bien informadas, y evitar que estas sean manipuladas por el uso tendencioso de cifras, contribuyendo a impulsar transformaciones positivas. En tiempos donde los datos son poder, comprenderlos es una forma real y necesaria de empoderamiento ciudadano.

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