Selfies, familias, mascotas y paisajes se transformaron hace unos días en ilustraciones imitando la estética del estudio japonés, siguiendo una tendencia mundial en RRSS, y que levantó una discusión ética, legal y medioambiental sobre ésta .

El fin de semana pasado, las redes sociales se inundaron de imágenes que parecían sacadas directamente de una película de Studio Ghibli. Selfies, familias, mascotas y paisajes se transformaron al instante en ilustraciones imitando la estética del estudio japonés, todo gracias a la última actualización de ChatGPT, que permite crear o transformar cualquier imagen en segundos. 

Pero esta ola de creatividad también ha generado controversia en las redes sociales, ya que mientras miles de usuarios ghiblificaron y compartieron sus creaciones, surgió el debate sobre los límites éticos, medioambientales y legales del uso de inteligencia artificial en el arte.

¿Es ético que un estilo definido se copie y se reproduzca sin mayor esfuerzo? La académica de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas y experta en IA, Carla Vairetti, explica que este debate es complejo. “Desde un punto de vista ético, la reproducción de un estilo puede ser válida si se hace con conciencia y respeto hacia los creadores originales. Sin embargo, la reproducción masiva -sin el reconocimiento adecuado- puede afectar a los artistas que han creado ese estilo, planteando desafíos sobre la propiedad intelectual”, detalla.

Por otro lado, el uso de esta tecnología tiene un impacto medioambiental, ya que la generación de imágenes mediante IA y los modelos multimodales como GPT-4o requieren grandes cantidades de recursos energéticos e hídricos para su funcionamiento. “Los centros de datos que los soportan necesitan refrigeración constante, lo que implica un alto consumo de agua. Además, el costo de generar cada imagen no es bajo y puede ser considerablemente más alto para procesos complejos, como los que emulan estilos artísticos”, comenta la experta en IA. 

Ante este escenario, surge una reflexión importante: al igual que se promueve el consumo ético de productos como la ropa, ¿deberíamos pensar en un consumo ético de la inteligencia artificial? “La sostenibilidad en el desarrollo de la IA debe ser una prioridad, impulsando tecnologías que minimicen su impacto ambiental, mientras se siguen fomentando avances que beneficien tanto a la sociedad como al medio ambiente. La creación responsable y consciente de imágenes generadas por IA no solo debe abordar sus implicaciones sociales y económicas, sino también su huella ecológica, estableciendo un camino hacia un futuro más equilibrado y sostenible para esta poderosa herramienta”, puntualiza la académica UANDES.

Desde una perspectiva legal, los estilos no son fácilmente protegibles por derechos de autor, lo que complica la regulación de estas prácticas. “Un estilo es algo prácticamente imposible de proteger. No puedes tener el copyright de un estilo musical como el reggaetón, o un movimiento artístico como el cubismo. Ya hay precedentes de fallos en Estados Unidos en donde compañías discográficas han demandado, infructuosamente, ha usuarios que hacen remixes de letras de canciones con IA. Además, la IA no está diseña para copiar en sentido literal, por lo que no puede infringir estos copyrights”, concluye la docente.

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Equipo Prensa
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