• En el sitio del Currículum Nacional, dentro del área de reactivación educativa, se pueden encontrar videos y actividades para complementar el aprendizaje. Juegos que incluyan conteo, medición o resolución de problemas también son efectivos si se realizan en un contexto entretenido.

Las vacaciones para los niños, niñas y jóvenes marcan el comienzo de nuevas actividades y el cese de algunas que se enmarcan dentro de la rutina escolar. Durante este tiempo, ellos desarrollan más actividades deportivas y al aire libre, y otras actividades lúdicas que fortalecen sus habilidades.


Las vacaciones generan espacios para compartir con los seres queridos y experiencias que permiten desconexión de la rutina habitual. En este contexto, se recomienda mantener algunos hábitos de estudio con horarios más flexibles, donde puedan participar en familia. Esto permite a los estudiantes explorar áreas de interés personal, compartir con menos presión momentos de estudio con los padres y aprender de manera relajada, fomentando la autonomía y el amor por el aprendizaje.


No tener horarios, acostarse muy tarde y estar frecuentemente frente a la pantalla son prácticas que deben evitarse. «Idealmente, hay que establecer ciertas normas, porque el cómo se aprovechan estas instancias y que sean de calidad es significativo para el desarrollo de los niños y niñas», destaca Carola Valenzuela, coordinadora académica de Colegios del Arzobispado. Cualquier actividad en la que puedan socializar con otros, tener un hobbie o salir al aire libre es preferible al uso de pantallas.


Algunos especialistas recomiendan no alterar en más de dos horas el horario ideal del sueño y regular la exposición a pantallas, especialmente en la noche. «Esto envía los estímulos correctos al cerebro respecto de la hora», señala Valenzuela.

Para evitar que las actividades se perciban como «tareas» escolares, se pueden realizar actividades como cocinar en familia, pintar y realizar manualidades, jugar juegos de mesa o al aire libre, asignar tareas domésticas, leer textos variados o practicar juegos matemáticos en voz alta. El horario más adecuado para estas actividades depende de cada niño, pero, si se busca fomentar un hábito, la mañana es el momento ideal debido a que la mente está más fresca y hay mejor ánimo.


La lectura es clave durante las vacaciones. Se recomienda buscar libros adecuados para la edad y que reflejen temas de interés, como deportes, animales, astronomía o naturaleza. «La lectura robustece la creatividad, la imaginación, la memoria y el desarrollo del lenguaje», comenta Valenzuela. Integrar historias en el día a día también hace más dinámica esta actividad.

El desarrollo físico y cognitivo mejora considerablemente con el deporte. «La práctica deportiva contribuye a mejorar la salud, el estado de ánimo y el rendimiento académico», asegura Valenzuela. Además, fomenta hábitos saludables, valores, socialización y un mejor descanso.


Es fundamental motivar y reforzar positivamente, destacando los aspectos positivos para promover un ambiente propicio para el aprendizaje durante las vacaciones.

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