- Gina Luci Arriagada Académica de Pedagogía en Educación Básica Universidad de Las Américas
Normalmente perdemos de vista que estamos educando constantemente a nuestros hijos, nietos o sobrinos, ya que como adultos modelamos a diario cada una de nuestras acciones. Tomar conciencia de ello es muy valioso, sobre todo a la hora de instalar en las interacciones sociales diarias elementos que aporten a su formación integral.
Al momento de compartir con niños y niñas es importante invitarlos a participar de acciones rutinarias que les permita no solo conocer funciones dentro de un hogar, reconocer en ellos capacidades organizativas que le servirán para su vida. De acuerdo con lo anterior, se pueden involucrar por ejemplo en ordenar calcetines y luego guardarlos en cajones, dependiendo del dueño al que pertenezcan. También pueden poner y retirar los elementos necesarios en una mesa para comer o desayunar. Por otro lado, se les puede hacer partícipe en actividades de jardinería, que usualmente son experiencias agradables ya que despierta en ellos su curiosidad y es una oportunidad clave para aprender elementos de la naturaleza y construir el sentido ecológico y del cuidado de la misma.
Eso de que “mis hijos no sirven a nadie”, es un tremendo error. La Psicología ha demostrado que cada vez es más difícil que desarrollen lazos sociales y afectivos adecuadamente, debido a la gran cantidad de actividades individuales y solitarias que tienen los niños y jóvenes. Esto se debe a su alta dependencia de las pantallas o porque sencillamente se relacionan muy poco con otras personas, incluyendo sus padres. Es preocupante ver en la actualidad la cantidad de familias que no comparten las horas de comida en grupo con la excusa de que “tengo que trabajar”. Así, cada miembro de la familia se aísla y con ello le están entregando un mensaje a sus hijos que eso es correcto.
Trabajar y modelar el desarrollo de niños y niñas es clave. Asimismo, es fundamental mantener espacios adecuados y separados de los momentos de comunidad familiar. Los tiempos también deben ser establecidos, no solo para trabajar, sino que también para dormir, comer o distraerse. De esta manera, los padres entregarán mensajes claros sobre una sana organización de la vida, tanto familiar como personal.
Es importante tener claro que el juego para los niños es el trabajo más serio de todos. A través del juego, los niños aprenden a construir relaciones que les servirán en el futuro. Para jugar, es necesario establecer reglas, tal como ocurre en cualquier sociedad. Por lo tanto, es fundamental que los adultos a cargo se involucren en escenarios más lúdicos, participando activamente en las actividades que permiten a los niños experimentar esas dinámicas. Una buena premisa para comenzar podría ser: Hoy jugaremos a que estamos en un hotel y tendremos diferentes labores…