Desde hace una década, la natación escolar chilena exhibe un claro predominio. Y eso quedó ratificado el pasado fin de semana. En la Final Nacional Interescolar de Natación 2025, disputada el 8 de noviembre en el Stadio Italiano, el Colegio Mayor Peñalolén alcanzó el campeonato entre 140 establecimientos participantes. Logró el primer lugar con 274,5 puntos acumulados, más del triple que su escolta, la Academia de Humanidades (82), y muy por encima del Colegio San Francisco Javier de Puerto Montt (78,5).
El resultado solo vino a confirmar una hegemonía inédita: es la novena consagración consecutiva para el recinto santiaguino, que en los últimos años se ha convertido en semillero para la natación nacional. Desde ahí han salido nombres como Trinidad Ardiles, Elías Ardiles o Martina Röper, quienes son parte del Team Chile y han destacado en distintas competencias internacionales.
“Estos títulos no son casualidad, nada de esto lo es”, afirma Matías Jaque Páez (41), entrenador en jefe del equipo y director técnico del programa de natación del colegio. “Estos resultados se consiguen principalmente por dos factores: primero, contar con un equipo de entrenadores especialistas, como lo son Simón Fernández y Katalina Bravo; y segundo, articular la práctica escolar con la natación competitiva, lo que permite proyectar a los estudiantes hacia el alto rendimiento”, sostiene él, quien además de haber sido parte del cuerpo técnico chileno en los Juegos Panamericanos 2023, ha participado de numerosos campeonatos sudamericanos, bolivarianos y mundiales de la disciplina.
Jaque explica que una de las claves de esta dinámica virtuosa entre la formación escolar y la proyección federada radica en que los mismos profesores del colegio integran el cuerpo técnico del Estadio Mayor, club deportivo que permite una continuidad natural entre el aprendizaje inicial y la alta competencia.
La infraestructura también ha sido determinante. La piscina compartida entre el colegio y el club deportivo permite su uso intensivo y una planificación eficiente. “Hay colegios y clubes que deben arrendar piscinas para entrenar; nosotros tenemos la ventaja de contar con una propia, lo que marca diferencias”, sigue.
El entrenador destaca además que el proceso formativo comienza desde muy temprano. “Tenemos la fortuna de trabajar con todos los cursos, desde playgroup, con niños de cuatro años, hasta adolescentes de cuarto medio. Eso garantiza un lineamiento técnico que se va consolidando con el tiempo”, explica. Esa formación transversal hace que los nadadores lleguen a las etapas competitivas con una sólida base técnica y un profundo sentido de pertenencia. Actualmente, señala, el colegio cuenta con más de 100 jóvenes en todas las categorías competitivas.
“Nosotros mismos formamos a los deportistas que después representan al colegio. Ese seguimiento constante nos da una ventaja enorme”, resume Jaque. También subraya la confianza institucional que reciben: “El establecimiento nos da total libertad para organizar categorías, horarios y entrenamientos según nuestra visión técnica. Eso nos permite optimizar recursos y potenciar tanto a los más pequeños como a los que ya compiten a nivel nacional”.
Aunque el palmarés del colegio impresiona, el entrenador enfatiza que el objetivo va más allá de las medallas. “Intentamos transmitir responsabilidad, disciplina y equilibrio entre el deporte y los estudios”, comenta. “La natación exige mucho tiempo y compromiso; los chicos deben aprender a organizarse, cumplir con los entrenamientos y mantenerse al día académicamente. Ese es un aprendizaje para la vida”. Al ser los mismos profesores quienes acompañan a los estudiantes en todas las etapas, pueden observar su evolución, detectar fortalezas y anticipar dificultades. “Esa observación diaria nos permite ajustar el trabajo según el ritmo de cada nadador”, añade.
El entorno institucional cumple también un papel determinante. “Aquí los estudiantes pueden entregarse por completo a su disciplina. El colegio facilita tiempos, comprende la dinámica de los entrenamientos y apoya incluso en viajes o concentraciones internacionales”.
Jaque, que llegó al establecimiento en 2014 y lleva más de una década liderando el proyecto deportivo, reconoce satisfacción al ver el crecimiento de sus nadadores. “Es un orgullo enorme comandar este equipo. Ganamos con amplia diferencia, pero lo importante es mantener viva la cantera, seguir formando desde abajo”, reflexiona. “Me gusta ganar, pero más me enorgullece el respeto que se ha ganado el Colegio Mayor dentro de la natación chilena”.
De cara al próximo ciclo, el entrenador asegura que los desafíos se renuevan cada año. “Siempre debemos volver a construir desde las bases. Cada generación que egresa deja un vacío que debemos llenar con nuevos talentos. Nuestro sueño es seguir exportando nadadores, que representen a Chile y, ojalá, algún día lleguen a unos Juegos Olímpicos”, finaliza.





















