Con un récord histórico de 251 postulaciones —casi cuatro veces más que en la versión anterior—, el Premio al Talento Matemático Joven reconoció a José Manuel Ugarte, Francisca Aguayo y Franco Gómez en su undécima edición. La ceremonia, organizada por el Colegio de Ingenieros de Chile, marcó el cierre de meses de trabajo y la consolidación del certamen como una de las instancias más importantes del país para descubrir y celebrar el talento matemático juvenil.

NOVIEMBRE, 2025.- Con un récord histórico de 251 postulaciones, casi cuatro veces más que en la versión anterior, el Premio al Talento Matemático Joven finalizó su versión XI en una emotiva ceremonia de premiación organizada por el Colegio de Ingenieros de Chile (CdI). El evento marcó el cierre de meses de trabajo y dedicación, que incluyeron la creación del problema, la recepción y evaluación de las postulaciones, y un exigente proceso de revisión por parte del jurado, que este año enfrentó el desafío de analizar una cantidad inédita de propuestas.

El primer lugar fue otorgado a José Manuel Ugarte Catalán, estudiante del Plan Común de Ingeniería y Ciencias de la Universidad de Chile; mientras que el segundo lugar recayó en Francisca Aguayo Moreno, licenciada en Matemáticas de la Pontificia Universidad Católica de Chile —quien no pudo asistir a la ceremonia por encontrarse cursando estudios de posgrado en el Instituto de Matemática Pura y Aplicada (IMPA), en Río de Janeiro, Brasil—, y Franco Gómez Sanhueza, licenciado en Ciencias con mención en Matemáticas de la Universidad de Chile.

“Recibir este premio fue una gran sorpresa y también una motivación”, comentó Ugarte tras la ceremonia. “Estuve casi dos meses trabajando en el problema, pensando en una misma idea, frustrándome, avanzando y retrocediendo. Pero esto me recordó que, con perseverancia, incluso los desafíos que parecen imposibles pueden resolverse”, reflexionó el ganador de los cinco mil dólares.

El universitario también agradeció el apoyo de su entorno durante el proceso: “Tuve ganas de abandonar más de una vez, pero mi familia y amigos me animaron a seguir. El problema me fascinó tanto que no podía dejar de pensarlo. Me acompañó día y noche”, contó entre risas.

Por su parte, Franco Gómez, uno de los reconocidos en el segundo lugar, recordó cómo nació su interés por las matemáticas: “Desde pequeño me gustaba resolver problemas, y mi profesor fue quien me animó a participar en olimpiadas. Ahí entendí que las matemáticas no son solo fórmulas, sino una forma de pensar”, señaló. Actualmente cursa un Magíster en Matemáticas en la Universidad de Chile y destacó el valor del certamen: “Este tipo de iniciativas son muy valiosas porque participan personas de distintas áreas e incluso escolares. Eso genera una comunidad muy bonita donde uno aprende y comparte ideas”.

Desde Brasil, Francisca Aguayo estuvo conectada virtualmente y envió un mensaje en el que expresó su orgullo por el reconocimiento y reflexionó sobre el rol de las mujeres en la ciencia: “Estoy muy orgullosa de haber quedado entre los finalistas. Una de las cosas que más valoro de este concurso es que las postulaciones se evalúan sin nombre, lo que asegura que solo se considere el trabajo, no quién lo presenta ni su género. Creo que eso envía un mensaje muy potente sobre la equidad en las ciencias. Estoy 100% a favor de promover la participación femenina y me gustaría, con el tiempo, apoyar activamente iniciativas que motiven a más mujeres a entrar al mundo de las matemáticas”, señaló.

Desafío: Pensar distinto

El problema de esta edición planteó una interrogante aparentemente simple, pero de gran profundidad matemática: ¿es posible separar los números enteros del 1 al 2022, y luego del 1 al 2023, en dos grupos de manera tal que cada grupo tenga la misma suma? A partir de esa base, los participantes debían proponer y resolver extensiones del problema, demostrando originalidad, rigor y elegancia.

En este contexto, el jurado destacó que, si bien hoy herramientas de inteligencia artificial pueden entregar resultados numéricos rápidamente, no son capaces de mostrar el razonamiento ni la estructura que lleva a la solución, justamente uno de los aspectos más valorados por el concurso y que se exige a los postulantes: el camino, la creatividad y la forma de pensar.

El jurado estuvo compuesto por Alejandro Jofré, exprorrector de de la Universidad de Chile, exdirector de Centro de Modelamiento Matemático y actual investigador asociado del mismo centro (CMM) y profesor titular en el Departamento de Ingeniería Matemática de la Universidad de Chile; Mario Ponce, exdecano y actual vicerrector académico de la Universidad Católica; y Eugenio Collados, ingeniero e hijo del fundador del premio. Todos coincidieron en que esta versión destacó por la calidad y diversidad de las postulaciones, provenientes no solo de facultades de ingeniería y ciencias, sino también de economía, administración e institutos profesionales.

“Pasamos de 60 a 251 postulaciones, lo que demuestra que el concurso está permeando distintos ámbitos y universidades. Ese crecimiento refleja una enorme motivación por parte de los jóvenes y un impacto social relevante. Nos alegra ver cómo la matemática deja de ser algo abstracto y se conecta con la resolución de problemas reales para la sociedad”, señaló Jofré durante la entrega de los premios.

Eugenio Collados explicó que la selección fue especialmente desafiante: “Tuvimos una veintena de trabajos excelentes. La dificultad estaba en distinguir ese detalle que marca la diferencia: la elegancia, la claridad y la creatividad de una solución. No se trata solo de resolver el problema, sino de hacerlo con un enfoque distinto, saliéndose del camino convencional”, indicó.

Agregó que los fundamentos del certamen —rigor, belleza y originalidad— fueron parte esencial de la visión de su padre, el ingeniero Modesto Collados, creador del certamen en 2008: “Mi padre dejó muy claro que la matemática debía ser rigurosa, pero también bella. Que las soluciones debían ser concisas, elegantes y creativas. Eso es lo que tratamos de mantener año a año, y este 2025 lo vimos reflejado con enorme fuerza”. Este legado continúa hoy gracias al compromiso de los seis hermanos Collados, quienes siguen apoyando activamente el desarrollo del concurso junto al Colegio de Ingenieros.

También destacó el compromiso de los participantes: “Muchos de ellos son jóvenes que dedican semanas a pensar y escribir sus soluciones. Ese nivel de dedicación emociona y demuestra que en Chile hay una generación apasionada por la matemática”.

Asimismo, su hermana, Teresa Collados, valoró el crecimiento sostenido del certamen: “Cada año el concurso se evalúa mejor. En esta versión no solo aumentó la participación, sino que tuvimos decenas de soluciones extraordinarias. Es impresionante ver la profundidad y madurez con que los jóvenes enfrentan los desafíos”, señaló.

Durante la ceremonia, el presidente del Colegio de Ingenieros de Chile, Hernán de Solminihac, destacó la relevancia del certamen para el desarrollo del país: “Este premio nos llena de orgullo porque demuestra la enorme cantidad de talento que existe en Chile. Cada año crece el interés y la participación, lo que confirma que estamos ante una herramienta muy poderosa para promover las matemáticas y el pensamiento crítico”, afirmó.

El concurso, que ha revelado talentos como Héctor Pastén, conocido como el “Einstein chileno” por sus logros internacionales, confirma su impacto y vigencia como un espacio que impulsa el pensamiento crítico, la elegancia y la creatividad en las nuevas generaciones.

A más de quince años de su creación, el Premio al Talento Matemático Joven se consolida como una de las instancias más prestigiosas del ámbito científico y académico nacional. Más allá del galardón, cada edición confirma que Chile está lleno de mentes brillantes y perseverantes, capaces de ver belleza y propósito en los números.

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Equipo Prensa
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