Por: Claudia Lagos Serrano, Subsecretaria de Educación Parvularia.
El Ministerio de Educación presentó una propuesta de actualización curricular al Consejo Nacional de Educación (CNED), la que es una oportunidad clave para mejorar la forma en que resguardamos las trayectorias educativas, desde la Educación Parvularia hasta la Educación Básica, asegurando que esta transición entre niveles sea más orgánica y efectiva.
La trayectoria educativa comienza en la Educación Parvularia, y asegurar que esta transición a la Educación Básica sea armónica tiene incidencia en aspectos como la asistencia, el bienestar y la motivación con la que niños y niñas asisten a clases. Si desde el inicio de la trayectoria se sienten acogidos de forma cariñosa y respetuosa en su proceso de aprendizaje, se potencia la participación activa y el compromiso hacia los procesos educativos a lo largo del tiempo.
La actualización curricular que ha propuesto el Ministerio busca, precisamente, fortalecer esta continuidad. Un elemento fundamental es la incorporación del juego y el bienestar en 1° y 2° básico como elementos que armonizan la trayectoria entre Educación Parvularia y Educación Básica, y que responden de mejor modo a las características de la etapa del desarrollo de niños y niñas. Tanto el juego como el bienestar son fundamentales para el aprendizaje en estas edades. La experiencia de los equipos pedagógicos de párvulos demuestra que el juego es una herramienta muy poderosa que debe ser considerada, y que las niñas y niños aprenden mejor cuando participan en condiciones de bienestar.
Otro aspecto muy valioso de este proceso es su carácter participativo y democrático. Hubo diálogo con comunidades educativas, expertos, sectores de la sociedad civil e incluso los propios niños y niñas, quienes expresaron qué, cómo y cuándo aprender. Esta diversidad de voces nutrió la propuesta de aprendizajes y los acuerdos sobre la educación que queremos.
Esta actualización curricular responde a los desafíos de aprendizaje que enfrenta la sociedad chilena. No solo moderniza aprendizajes, también fomenta una educación orientada a formar ciudadanos críticos y comprometidos desde la infancia. Se busca que los niños y niñas no solo adquieran conocimientos, sino que participen, dialoguen y construyan una sociedad más justa y equitativa.
Con esta actualización curricular tenemos la oportunidad de avanzar hacia una educación integral y respetuosa, en la que niñas y niños, están invitados a formar parte de la ciudadanía del presente y del futuro.