El Marble Challenge, organizado por THINKey junto a la Embajada de Estados Unidos en Chile, convierte la física en un juego donde estudiantes de todo el país diseñan pistas de canicas con materiales reciclados para aprender ciencia de forma creativa. En su edición 2025 participaron equipos de cinco regiones, combinando arte, ingeniería e inglés. Para 2026, el concurso abrirá sus inscripciones en marzo, sumará una categoría de creatividad y buscará expandirse a nuevas regiones del país.
Santiago, octubre de 2025. ¿Alguna vez te has preguntado por qué los toboganes son tan divertidos? ¿O cómo logra una montaña rusa hacernos gritar de emoción sin caernos al vacío? Todo tiene que ver con la gravedad, la fricción y las leyes de la física que gobiernan el movimiento de las cosas a nuestro alrededor. Con esas mismas fuerzas invisibles juegan cientos de estudiantes de todo Chile en el Marble Challenge, un concurso que mezcla ciencia, arte y sustentabilidad para construir pistas de “bolitas” (o marble runs) capaces de desafiar las leyes de la física con materiales reciclados.
Organizado por la edtech nacional THINKey, en colaboración con la red American Spaces de la Embajada de Estados Unidos en Chile, el desafío ha logrado instalarse como uno de los proyectos educativos más inspiradores del país. En su edición 2025 participaron 20 colegios provenientes de cinco regiones —Antofagasta, Valparaíso, Metropolitana, Maule y La Araucanía— y 14 comunas en total, con una destacada participación de nueve equipos provenientes del Maule, la región más activa de esta versión.
Entre los establecimientos participantes, 11 fueron privados, 2 particulares subvencionados y 6 públicos, incluyendo 2 colegios técnico-profesionales, 3 mixtos (científico-humanistas y técnicos) y 15 de orientación científico-humanista. En total, 22 docentes mentores acompañaron el proceso educativo, guiando a los equipos durante semanas de trabajo colaborativo.
El desafío contó con 40 equipos inscritos, aunque finalmente la mitad llegó a la etapa final, donde se presentaron 29 proyectos en total, todos elaborados a partir de materiales reciclados. Cada equipo estuvo conformado por tres estudiantes, por lo que este año participaron alrededor de 87 jóvenes, quienes compitieron en las finales regionales presenciales realizadas en sedes como el Instituto Chileno Norteamericano de Santiago, la Universidad Católica del Norte, la Universidad de Talca y la Universidad Autónoma de Chile, entre otras. En total, se premiaron 15 equipos ganadores (tres por región), reconociendo su desempeño en creatividad, ingeniería y sustentabilidad.
Cuando la física se convierte en juego
El corazón del desafío es simple y genial a la vez: crear una pista para que una bolita recorra el trayecto más largo y creativo posible, usando solo materiales reciclados como cartones, botellas o tubos reutilizados. Cabe destacar que nada puede comprarse; todo debe ser producto del ingenio y la colaboración.
“El Marble Challenge enseña que la ciencia puede ser divertida, accesible y sustentable. Cada estructura es una metáfora de cómo el aprendizaje puede construirse con lo que tenemos a mano”, explica Marta Gonzalez, CEO de THINKey.
El proceso combina pensamiento científico, diseño ingenieril y creatividad artística. Los equipos – tres estudiantes guiados por un docente mentor – reciben acompañamiento a través de webinars formativos en física, energía y diseño estructural, además de guías prácticas y vocabulario técnico en inglés. La experiencia culmina con finales regionales presenciales, donde los equipos presentan sus proyectos frente a un jurado de expertos.
Un laboratorio de ingenio colectivo
Cada versión del concurso ha revelado un nivel creciente de creatividad. Algunos proyectos incluyen rampas, túneles, curvas, giros imposibles y sistemas de energía recuperada desde juguetes en desuso. Pero más allá de los resultados técnicos, el impacto va mucho más allá del aula, ya que los colegios transforman la competencia en ferias internas de ciencia, los apoderados colaboran recolectando materiales y los docentes integran los aprendizajes a otras asignaturas. “El uso de materiales reciclados no solo promueve la sustentabilidad, sino también la empatía y la colaboración. Los equipos deben planificar, resolver conflictos y aprender del error, igual que en cualquier laboratorio de innovación”, añade Marta.
Mirando hacia 2026: más creatividad, más regiones, más impacto
Para su próxima edición, el Marble Challenge 2026 prepara varias novedades. Las inscripciones abrirán el próximo 16 de marzo, con ceremonias de premiación programadas para julio. Además, se incorporará una categoría especial de creatividad, que premiará la estética, la originalidad y el uso artístico de materiales reciclados.
El objetivo a mediano plazo es ambicioso: convertirse en el principal concurso nacional de ingeniería creativa escolar, expandiendo su alcance a nuevas regiones y fortaleciendo su vínculo con universidades, municipios y centros de divulgación científica.
“Queremos que más colegios se atrevan a participar. Que descubran que construir con cartón o botellas viejas también es una forma de hacer ciencia. Que comprendan que la creatividad también es una herramienta de aprendizaje”, señala Marta.
Las bases y fechas de la edición 2026 estarán disponibles en www.thinkey.cl y en las redes sociales de THINKey.





















