“Los alimentos que elijas y su forma de consumo afectan a nuestra salud y a la de nuestro planeta”, afirma este año la FAO con propósito de conmemorarse el Día Mundial de la Alimentación, instancia para concientizarnos sobre los problemas alimentarios globales como la hambruna, la desnutrición y la malnutrición.
Esta última es quizás uno de los problemas que más afecta a nuestro país y producto de la pandemia se ha visto acrecentado. La malnutrición significa tener una nutrición deficiente o desequilibrada debido a una dieta alimenticia pobre y excesiva.
En Chile la desnutrición infantil aumentó durante 2020 un 0,8% respecto al año anterior, llegando a 2,6% según el Mapa Nutricional realizado por Elige Vivir Sano y Junaeb. ¿El motivo? Las cuarentenas que redujeron la economía de la mayoría de los hogares, además del cierre de colegios donde se entregaban colaciones y se encendían las alarmas cuando se veían escolares con mala alimentación.
Pero, paradójicamente, el mismo estudio arroja un incremento de obesidad severa, que en niños de quinto básico llega al 64%. Esto debido a que el mismo panorama de pandemia y crisis económica se traduce en que la población reduzca la calidad de alimentos que consume.
Esto demuestra lo irremplazable que es la alimentación en cualquier contexto, sobre todo en menores de edad quienes están en plena etapa de desarrollo intelectual y crecimiento. Por eso, debemos cuidar este ítem a toda costa e incentivar una buena alimentación desde los hogares.
Elegir alimentos saludables con aportes nutricionales como proteínas (pescados, carnes sin grasa, huevos, legumbres), frutas, verduras y lácteos, ayudan a mantener una dieta balanceada. Si a esto le agregamos algunos hábitos como establecer horarios y lugares para comer, involucrar a los niños en la cocina, enseñarle de dónde vienen los alimentos naturales, dar buenos ejemplos de nutrición y hacer de las comidas una reunión familiar, entre otros, permitiremos que los infantes tengan una relación sana con la comida en general. Si entregamos estas herramientas y conocimientos, cuando estos niños sean adultos podrán elegir con qué nutrirse de manera más informada y consciente.
Equipo Prensa
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