Cristián Villegas, Director Instituto de Educación y Lenguaje Universidad de Las Américas
La inteligencia artificial cada vez se hace más popular en el uso diario. Según un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México, el 80% de las personas la utiliza, aunque un tercio no de forma consciente. En general se ocupa a través de la modalidad de chat, lo que presenta limitaciones tanto en la forma de dialogar, como en las tareas que puede realizar, considerando que dependen de la calidad de la instrucción y de las restricciones propias de la plataforma. Este panorama se proyecta que comenzará a cambiar desde el 2025, mediante la masificación de los agentes virtuales de IA.
Un agente de inteligencia artificial es un sistema que realiza labores específicas, como la toma de decisiones, análisis de datos y la interacción con usuarios, pudiendo aprender y adaptarse a diferentes contextos, ofreciendo soluciones más complejas, dado que es posible asignarle diversos roles. Un chatbot, es un tipo específico de agente diseñado para mantener conversaciones con usuarios a través de texto. Los primeros pueden abarcar aplicaciones más amplias, como asistentes virtuales, sistemas de recomendación y análisis predictivo, tutores y analistas; mientras que los chatbots se centran en la comunicación conversacional, basada en pregunta y respuesta.
Los agentes previamente mencionados pueden ser utilizados en el ámbito educativo, profesional o personal, donde no sólo suministran información como lo haría un chatbot tradicional, sino que ejecutan acciones de interacción con el entorno. Si un chatbot hoy recomienda, por ejemplo, un restaurant para visitar, el agente de IA buscaría el menú en función de nuestros gustos e incluso realizar la reserva en línea. Como se aprecia, pueden ser asistentes personales eficientes homologando algunas tareas humanas. En el ámbito laboral, un chatbot permite generar un acta de una reunión si se le entrega la información adecuada, mientras que el agente virtual toma el acta de manera autónoma, lo que es una gran diferencia.
Esto implica que las soluciones de agentes virtuales deben tener acceso a varias cuentas y estar conectadas a diversos dispositivos, lo que involucra temas de privacidad. Ya existen empresas trabajando con estas consideraciones, para crear asistentes que apoyen el estudio, tareas de oficina, compras, trámites y reservas.
Si bien se proyecta que este será uno de los mayores desarrollos de la IA a corto plazo y que tendrá una rápida adopción, considerando la alta tasa de smartphones presentes en el mundo, no está exento de errores típicos de los chatbot como las alucinaciones, por lo cual probablemente cada propuesta de agente sea especialista en algún ámbito y no como la actual, que es generalista.
Considerando este último punto, se hace necesaria la gestión de procesos de alfabetización digital enfocados en la ciudadanía con el objetivo de aprovechar al máximo el potencial de estas herramientas y, al mismo tiempo, saber cómo soslayar sus problemas.
Equipo Prensa
Portal Educa
