Jennifer Ruiz, Directora de Educación Parvularia Universidad de Las Américas
El primer día de clases en la educación parvularia es mucho más que una fecha en el calendario. Es un evento cargado de simbolismo y emociones que impacta a los niños, sus familias y los educadores. Ingresar al jardín infantil marca el inicio de una etapa de cambios y descubrimientos. Es el primer contacto con un entorno distinto al hogar, donde los párvulos desarrollan independencia y crean nuevos lazos. Aunque despierta curiosidad, también puede generar incertidumbre.
Adaptarse a espacios, personas y rutinas nuevas requiere acompañamiento. Un periodo de adaptación adecuado fortalece su seguridad emocional y promueve interacciones positivas. Brindar tiempo y apoyo les permite explorar con confianza, sentando las bases para futuras transiciones.
Las familias, por su parte, también enfrentan emociones encontradas, que van desde sentirse orgullosos hasta manifestar preocupación. Frente a este escenario se genera una oportunidad clave para construir una relación sólida entre los hogares y el centro educativo, cimentada en la confianza mutua y una comunicación abierta.
Para favorecer esta alianza y lograr un inicio exitoso, se sugieren algunas estrategias como lo es planificar visitas previas al centro, lo que permite que los niños y sus familias se familiaricen con el aula y el personal docente, reduciendo así los temores asociados a lo desconocido. Asimismo, considerar un ingreso progresivo, con jornadas más cortas o alternadas, facilita la adaptación gradual, evitando la sobrecarga emocional.
Mantener una comunicación constante acerca del proceso y las actividades diarias, fomenta la confianza e involucra a las familias en el proceso educativo. Por otro lado, permitir que los niños lleven un objeto de apego, proporciona un elemento de seguridad emocional. Finalmente, fortalecer el vínculo entre educadores e infantes por medio de interacciones positivas, facilitará y reforzará la construcción de la confianza y el afecto necesarios para un inicio exitoso.
Abordar el primer día en el jardín infantil con sensibilidad y cuidado puede sembrar en los niños el entusiasmo por aprender y explorar. Este hito, gestionado con estrategias respetuosas y flexibles, les ofrece la seguridad emocional indispensable para enfrentar con éxito los desafíos de esta nueva etapa, transformando un simple día en el inicio de un camino lleno de posibilidades.