El especialista en Literatura Latinoamericana, Dr. Eduardo Aguayo, reflexiona sobre la herencia literaria del Nobel peruano y su influencia en la narrativa hispanoamericana contemporánea.
La reciente muerte de Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura 2010 y figura clave del “Boom latinoamericano”, ha conmovido al mundo cultural, marcando el cierre de una etapa esencial en la narrativa hispanoamericana. Autor de una obra vasta y compleja, su escritura no solo redefinió los límites de la literatura en español, sino que también aportó una mirada crítica y lúcida sobre los procesos políticos y sociales de América Latina.
En este contexto, el académico de la Facultad de Educación de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC) y doctor en Literatura Latinoamericana, Eduardo Aguayo, reflexiona sobre el impacto del autor peruano. “Es difícil intentar abarcar el legado de Vargas Llosa en una sola idea”, señala. No obstante, destaca como uno de sus mayores méritos “la capacidad de universalizar a Hispanoamérica, y en particular al hermoso y contradictorio Perú, a través de repertorios narrativos de enorme calidad literaria”.
Esa habilidad de transformar lo local en un relato comprensible y significativo para lectores de todo el mundo le permitió ocupar un lugar central en la narrativa moderna. En esa línea, el Dr. Aguayo subraya también su rol dentro del “Boom latinoamericano”, movimiento que agrupó a autores como García Márquez, Cortázar y Fuentes. A diferencia de sus contemporáneos, comenta, Vargas Llosa optó por una aproximación más directa a la realidad. “Mientras otros trabajaban desde lo fantástico o lo mágico, él eligió un camino más explícito en lo político y social, abordando temas como la corrupción, el autoritarismo y las estructuras de poder con claridad e inteligencia”.
Consultado por su vigencia en el ámbito educativo, el académico de la UCSC afirma que leer a Vargas Llosa sigue siendo un ejercicio tan desafiante como necesario. “Su capacidad para pensar políticamente la realidad latinoamericana, con una honestidad intelectual que no teme a la contradicción, resulta especialmente relevante en un tiempo donde el debate público necesita profundidad y matices”, explica. En ese sentido, subraya que su obra no ha perdido actualidad y debiese ser constantemente leída y enseñada, pues “interpela al lector en lo más profundo de su conciencia ciudadana y humana”.
Entre los títulos imprescindibles para comprender su aporte, El Dr. Eduardo Aguayo menciona tres obras fundamentales: La ciudad y los perros, Conversación en La Catedral y La fiesta del Chivo. No obstante, confiesa una preferencia por un texto menos conocido: El abuelo, que considera “uno de los mejores cuentos hispanoamericanos del siglo XX”.
Desde su vasta producción literaria hasta su rol activo en el debate público, Vargas Llosa deja una huella profunda en la literatura contemporánea. Un legado, afirma el académico de la UCSC, que continúa desafiando al lector a comprender la complejidad de la historia latinoamericana y su resonancia en el presente.