Paz Bravo y Flavio Maino, Académicos Carrera de Traducción e Interpretación en Inglés, Universidad de Las Américas
La celebración del Día Mundial del Turismo, es una oportunidad para reflexionar sobre el papel esencial que cumple esta industria en la conexión entre culturas y comunidades. En el caso de Chile, suelen destacarse sus paisajes y la riqueza de su patrimonio material e inmaterial, sin embargo, muchas veces se deja de lado un componente clave para la experiencia turística y que está presente en edificios históricos, museos, sitios arqueológicos y espacios de memoria o tradición: la traducción patrimonial.
Cuando se piensa en traducción turística, lo más común es asociarla a la folletería o a las páginas web de agencias de viaje. No obstante, el núcleo de esta labor está en transmitir relatos, memorias y significados a visitantes que, en su mayoría, provienen de contextos lingüísticos e históricos distintos. Chile, conformado por pueblos tan diversos como el Mapuche, el Aymara o el Rapa Nui, requiere de traducciones especializadas que logren reflejar la cosmovisión de cada expresión cultural. Solo así es posible resguardar y proyectar la riqueza simbólica que habita en nuestro territorio.
La traducción patrimonial no se limita a la exactitud lingüística ni a la corrección gramatical. Su tarea es dar voz a las comunidades, transmitir el simbolismo de una festividad, explicar con precisión la relevancia de un sitio arqueológico o acercar la poesía nacional a quienes no comparten nuestra lengua. De lo contrario, el patrimonio corre el riesgo de quedar reducido a un atractivo superficial, perdiendo su profundidad y verdadero valor.
En el contexto chileno, impulsar esta área es clave para avanzar hacia un turismo sostenible. Los espacios culturales y sitios históricos que cuentan con traducciones de calidad no solo atraen a más visitantes internacionales, sino que también proyectan la imagen de un país comprometido con el cuidado y la preservación de su herencia. En este sentido, la traducción se consolida como una inversión estratégica para mantener a nuestro país como un destino accesible y atractivo.
Es imprescindible que los proyectos de turismo patrimonial incluyan a traductores profesionales en sus equipos. Ellos cumplen un rol de mediadores entre lenguas, culturas y tradiciones, garantizando que el capital simbólico de Chile trascienda fronteras y llegue íntegro a quienes año a año deciden visitarnos.