El reciente anuncio del Mineduc solicitando a todos los establecimientos de nuestro país la realización de una jornada de sensibilización en materia de violencia escolar representa acciones significativas en ámbitos tanto educativos como sociales. La violencia en las escuelas no es una acción aislada, es una muestra de las dinámicas familiares, comunitarias y todos aquellos contextos que son transversales a la vida de los niños, niñas y adolescentes (NNA). 

Es así como esta problemática se entiende como un objeto de observación de alta complejidad, requiriendo intervenciones integrales y duraderas en el tiempo. La escuela es el segundo agente de socialización, después de la familia, a ello se suma que es también un espacio importante de protección. Cuando la violencia se instala en ella, no solo se interrumpe el aprendizaje de los NNA, también se vulnera su derecho integral a desarrollarse y convivir en espacios seguros. 

Actualmente nuestro país cuenta con políticas públicas que buscan reforzar medidas de promoción, prevención y acompañamiento socioemocional, así como entregar lineamientos y herramientas a la comunidad educativa, sin embargo, la evidencia indica que no es suficiente con lineamientos generales; cada espacio escolar representa un territorio que tiene necesidades y desafíos distintos y que deben ser reconocidos para dar respuestas efectivas.

Necesitamos políticas con enfoque territorial, donde las escuelas, familias, servicios públicos, instituciones de educación superior y organizaciones no gubernamentales y comunitarias trabajen articuladamente para promover una convivencia fluida y respetuosa. La convivencia escolar es una tarea colectiva, lo que implica resguardar la infancia y adolescencia, y con ello, el futuro de nuestra sociedad.

Google News Portal Educa
Síguenos en Google Noticias

Equipo Prensa
Portal Educa