En un mundo educativo en constante evolución, la integración de nuevos estudiantes, especialmente aquellos que se suman al año escolar en curso por razones, por ejemplo, provenientes de otros países, es esencial asegurarles un ambiente de aprendizaje positivo y enriquecedor. Existen modelos pioneros que promueven la importancia de la educación protegida en las comunidades educativas.

Soledad Villate, Rectora del Colegio Pedro de Valdivia de Las Condes, subraya: “La educación protegida es un pilar fundamental para que los estudiantes que llegan por primera vez, ya sea por motivos geográficos o de reubicación familiar, se sientan bienvenidos y respaldados. Nuestro objetivo es crear un entorno donde cada uno se sienta seguro y valorado desde el primer día.” Este programa no sólo se enfoca en la acogida, sino que también promueve la conexión emocional y social entre los nuevos integrantes y sus familias, un factor clave para reducir la ansiedad que puede surgir al enfrentar un cambio de entorno.

El Programa de Educación Protegida implementa acciones concretas que pueden ser replicadas en otras instituciones educativas, tales como:

– Preparación y Acogida: Se llevan a cabo actividades de orientación antes del inicio de clases, que fomentan la integración de los estudiantes y sus familias, crucial para aquellos que llegan en medio del año escolar.

– Acompañamiento Académico y Psicoeducativo: Se brinda flexibilidad y apoyo del equipo psicoeducativo, permitiendo una adaptación sin inconvenientes a las demandas escolares.

– Convivencia Escolar: Se promueve un entorno inclusivo mediante el seguimiento en espacios comunes y actividades extracurriculares, facilitando así la interacción social de los nuevos alumnos con sus compañeros.

Leslie, comparte su experiencia: “Mi hija llegó con incertidumbre y ansiedad. Gracias al Programa de Educación Protegida, hemos sentido el acompañamiento necesario, y eso ha hecho una gran diferencia en su adaptación.” Su testimonio revela cómo la colaboración entre la escuela y las familias es crucial en el proceso educativo de los recién llegados.

Asimismo, Dante, un reciente integrante de la comunidad escolar que se unió en el transcurso del año académico, resalta la importancia de estas iniciativas: “Al llegar, tenía mucho miedo. Pero con las actividades de bienvenida y el apoyo de los profesores, me sentí parte de la clase casi de inmediato.” Su experiencia evidencia cómo un ambiente acogedor puede facilitar la integración de estudiantes provenientes de diferentes contextos.

“La educación protegida es un concepto que debería ser adoptado por todas las instituciones educativas, creando espacios donde cada estudiante y su familia, independientemente de su origen, se sientan valorados y apoyados, preparándolos no sólo para el éxito académico, sino también para enfrentar los desafíos emocionales que conllevan los cambios en la vida escolar”, comenta la psicóloga Rocío Cereceda.

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Equipo Prensa
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