Dr. Gustavo Bresky, presidente de la Sociedad Chilena de Gastroenterología
Los cánceres se asocian a condiciones que desgraciadamente son muy frecuentes en la sociedad chilena, tales como: sedentarismo, obesidad, consumo alto de grasas saturadas, azúcares refinadas, bajo consumo de fibra y antioxidantes, tabaquismo e ingesta elevada de alcohol.
En nuestro país, las muertes por cáncer ya están sobrepasando las de origen cardiovascular y su tasa de mortalidad sigue aumentando. Entre ellos, los cánceres digestivos más importantes son el cáncer de colon y recto, gástrico y de vesícula biliar.
Uno de ellos preocupa con especial énfasis, dada su elevada tasa de mortalidad en Chile: el cáncer colorrectal (CCR). Se estima que al año 2030 a nivel mundial los CCR aumentarán anualmente a 2.2 millones los casos diagnosticados y a 1,1 millón las muertes. En América del Sur se ha registrado un aumento progresivo, incluido Chile en el que las muertes se han incrementado más de un 100% los últimos 20 años
Tanto el cáncer gástrico, como el colorrectal, se manifiestan en etapas de progresión, generalmente asintomáticas, cuya condición pre cancerosa dura años de evolución. Estas etapas pueden ser intervenidas en forma temprana para evitar su fatal evolución y favorecer su diagnóstico temprano, lo que se asocia a tratamientos menos costosos, menos mutilantes y mucho más efectivos.
En el caso del gástrico destaca el diagnóstico y tratamiento temprano del helicobacter pylori y el diagnóstico de algunos tipos de gastritis crónicas en los que hay que hacer seguimiento más cercano. Asimismo, en el colorrectal; la clave de su prevención pasa por la detección de pólipos de tipo adenoma para su extirpación en etapas sin cáncer.
Si bien Chile, hace años cuenta con una política pública como el GES, que incluye a los principales cánceres digestivos (gástrico y de colon); la orientación de dicha política está dada fundamentalmente hacia el avance del diagnóstico en individuos sintomáticos y en su posterior tratamiento. No existe una política pública bien orientada hacia la prevención de dichos cánceres, ni tampoco al diagnóstico temprano en individuos asintomáticos con lesiones precursoras de los cánceres, lo que podría ayudar a disminuir la tendencia al alza de las muertes por estas condiciones.
La Sociedad Chilena de Gastroenterología próximamente publicará una guía nacional actualizada para el diagnóstico y manejo de las lesiones precursoras de cáncer gástrico. Por otro lado, en un esfuerzo colaborativo junto a la Sociedad Chilena de Coloproctología, desarrollaremos una guía nacional con el fin de ayudar a que se generen políticas públicas nacionales orientadas especialmente a la prevención, diagnóstico temprano y manejo tanto de las lesiones precursoras de cáncer colorrectal y como de los cánceres incipientes del colon y recto. Basado en lo anteriormente expuesto llamamos a las sociedades científicas, universidades y autoridades sanitarias a trabajar en conjunto para lograr una buena política pública que permita disminuir en un corto plazo las muertes por cánceres digestivos en nuestro país.
Equipo Prensa
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