Iván Llanos Académico de la Escuela de Ingeniería en Ciberseguridad, UDLA
En el siglo XIX y XX existían los llamados ordenadores humanos, que mayoritariamente eran mujeres y se dedicaban a la realización de operaciones por partes para resolver problemas. Durante la Segunda Guerra Mundial aparecieron las primeras metodologías informáticas y lenguajes de programación, terminando con el primer ordenador y el concepto software: “conjunto de programas de cómputo, procedimientos, reglas, documentación y datos asociados, que forman parte de las operaciones de un sistema de computación.”
Ese fue el inicio de un proceso que se ha desarrollado vertiginosamente hasta hoy, contando con hitos relevantes como el movimiento del Software Libre y la fundación del proyecto GNU (Richard Stallman, 1983) la creación de la Fundación para una Infraestructura Libre (FFII) en 1999, orientada a defender el derecho a la producción de software libre y competitivo, hasta la instauración del día del Software Libre en 2004 y que se conmemora el tercer sábado de septiembre. Esta fecha se eligió cuando el Parlamento Europeo creo enmiendas que limitaban el impacto de la ley de patentes por la huella que generaban para las patentes de software en pequeñas y medianas empresas.
La producción de software implica desarrollo de aplicaciones y programas de computación, lo que abarca un mercado importante en la economía mundial. Estados Unidos tiene la mayor industria de servicios de software y tecnología del mundo, ocupando un 40% del mercado. En Europa la industria acapara más del 7% del PIB de la Unión Europea, mientras que en América Latina ha sido impulsada por la transformación digital producto de la pandemia por Covid-19.
Ante esto y por la preocupación de no restringir el desarrollo de softwares o volverlo privativo, nacieron las medidas de Software Libre. Este último busca algo más que solo crear software gratuito, como una gran mayoría puede pensar, sino que también tiene distintos objetivos entre los que destacan el disminuir el impacto de los riesgos legales en el desarrollo de software, promover su uso, fortalecer a la comunidad, generar conciencia y beneficios sobre su uso, tener estándares, hardware y softwares abiertos y libres, y apoyar a organizaciones.
El Software Libre ha demostrado ser fundamental para el crecimiento de entidades y gobiernos, empoderándolos y promoviendo la creación de avances tecnológicos en todo el mundo.
Equipo Prensa
Portal Educa