El cambio de estación puede representar un reto considerable, especialmente para aquellos que son propensos a las alergias. En Chile, la primavera se asocia con un incremento en la cantidad de polen en el aire, siendo los alérgenos más frecuentes el polen de árboles como el ciprés, alerce y el olivillo, así como el de diversas hierbas y pastos. En este contexto, la prevención y el manejo adecuado de estas afecciones es fundamental para mejorar la calidad de vida de las personas afectadas.
“Los síntomas y signos de las alergias estacionales incluyen estornudos, congestión nasal, picazón y enrojecimiento ocular, fatiga, rinorrea y tos”, explica Claudia González, académica de la Escuela de Enfermería de Universidad de Las Américas.
La profesional explica que “para diagnosticar una alergia, es fundamental contar con una evaluación médica, la cual puede requerir exámenes como análisis de sangre o pruebas cutáneas para identificar a qué alérgenos está sensibilizada la persona (hongos, pólenes y ácaros del polvo, entre otros). Con estos resultados, el especialista podrá determinar el tratamiento adecuado”.
En esta línea, y con el objetivo de prevenir y tomar las precacuciones necesarias para evitar los molestos síntomas generados por las alergias primaverales, la experta de UDLA entrega las siguientes recomendaciones:
Evitar estar al aire libre durante las horas críticas de polinización, que coinciden generalmente con los momentos más calurosos del día.
Usar gafas de sol para proteger los ojos.
Mantener las ventanas del auto cerradas y, si es posible, utilizar el aire acondicionado.
En casa también se deben tener las ventanas cerradas. Al momento de ventilar, se debe hacer a primera hora de la mañana, cuando la concentración de alérgenos es menor y por un periodo breve.
Lavar la ropa de cama con regularidad y aspirar o limpiar el hogar para reducir la presencia de alérgenos.
No sacudir muebles. Se deben limpiar con un paño húmedo.
No secar la ropa al aire libre, para impedir que se impregne de polen.
No cortar el césped y no exponerse a partículas irritantes como el humo del tabaco.
“Estas sugerencias pueden ayudar a reducir la exposición a los alérgenos, aunque no garantizan la ausencia total de reacciones alérgicas. Es importante destacar que la gravedad de las alergias varía de una persona a otra, por esta razón, es se recomienda buscar atención médica para obtener el tratamiento más adecuado según su condición”, finaliza González.
Equipo Prensa
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