Carol Castro Académica Escuela de Educación Parvularia Universidad de Las Américas
Hace algunas semanas se celebró el Día de la Niñez, y aunque los regalos que solicitaron los niños y niñas variaron indudablemente, muchos optaron por pedir dispositivos electrónicos como tablet, celulares o consolas.
Un estudio desarrollado por la Universidad de Chile y Católica, en alianza con el Mineduc y la Unicef (2023), mostró que la proporción de niños de 0 a 5 años que obtienen su primer móvil aumentó del 2 al 9% entre el 2016 y 2022, y en los niños de 6 a 9 años, pasó del 30 al 49% entre los años 2016 y 2022, cifra significativa si hablamos de menores de 10 años. No obstante, la globalización nos ha forzado a adoptar nuevas alternativas de crianza y adecuar las metodologías de enseñanza debido a la imposibilidad de aislar a los niños de un sistema que opera en torno a la tecnología y las comunicaciones digitales.
Ahora bien, es crucial entender que no hay pecado en dar este tipo de obsequios. El error está en el cómo, quienes brindan este tipo de presentes, son capaces de fomentar comportamientos que permitan formar ciudadanos digitales responsables y cuidadosos, que sepan utilizar las herramientas tecnológicas a su favor, evitando los peligros propios a los que se ven expuestos, como la exposición a contenidos inapropiados, los riesgos relacionados con la exposición de información personal, ciberacoso y adicción a la tecnología, entre otros.
Entonces, ¿quién ayuda a los adultos a establecer buenas prácticas en el uso de dispositivos en la primera infancia? Debemos recordar que las políticas públicas chilenas en torno a la ciudadanía digital han experimentado significativos avances, ejemplificado en la creación de la Secretaría de Gobierno Digital y el lanzamiento del Nuevo Marco de Ciudadanía Digital del Mineduc que entrega recursos a las familias y la comunidad educativa, junto con la Secretaría de Educación Parvularia, entidades que han comenzado a abordar la ciudadanía digital de manera mucho más explícita.
Los niños adoptan sus hábitos de uso de pantallas observando a los adultos. Por ello, es esencial formar a los padres y docentes en herramientas y estrategias para el hábito saludable en el uso de TIC. Asimismo, en lugar de criticar la compra de estos dispositivos, es crucial saber cómo gestionar su correcta aplicación y enforcarse en promover prácticas responsables que permitan a los niños aprovecharlos sin afectar su desarrollo.
También es importante abordar temas como el ciberacoso, la privacidad y protección de datos, asegurándose que los niños comprendan su importancia. Además, se deben establecer reglas y estrategias claras, limitando los tiempos de uso, junto con promover el control parental.
Equipo Prensa
Portal Educa