José Pedro Hernández Académico Facultad de Educación Universidad de Las Américas
El primer encuentro bélico entre españoles y mapuches se remonta a la expedición de Diego de Almagro en 1536. Si bien la historia lo señala como el «descubridor» de Chile, es importante recordar que este término se basa en una mirada eurocentrista, debido a que en estas tierras ya existían diversos pueblos originarios, entre ellos los mapuches.
La expedición de Almagro, compuesta por 500 españoles, 100 esclavos negros y más de 1.500 yanaconas, fue una travesía llena de dificultades. La ruta elegida, a través del altiplano boliviano, resultó extenuante. El frío, el hambre y la altura cobraron muchas vidas. Se cuenta que muchos morían al dormir, y que al quitarse las botas, veían con horror cómo sus dedos se desprendían pegados al cuero.
Al llegar al valle de Copiapó, la expedición se encontraba diezmada. La travesía continuó hacia el sur, llegando al valle del Aconcagua. Allí tuvieron su primer encuentro con los picunches (mapuches del norte). Si bien inicialmente hubo un intento de diálogo, los españoles fueron recibidos con desconfianza. Su numerosa comitiva, compuesta mayoritariamente por indígenas auxiliares, despertaba recelo. La búsqueda de oro, que resultó infructuosa, incrementó la tensión.
Luego el viaje continuó hacia el sur, llegando a las orillas del río Ñuble. Allí se produjo el primer enfrentamiento armado entre españoles y mapuches, en la batalla de Reinohuelén. La superioridad armamentística de los españoles les dio la victoria.
Este hito marcó el inicio de una relación conflictiva entre ambos pueblos. La desconfianza, violencia e incomprensión mutua caracterizaron los siguientes años. Y, la posterior llegada de Pedro de Valdivia, no haría más que ahondar esta brecha.
El encuentro entre españoles y mapuches es un ejemplo de cómo la colonización europea se basó en la imposición y el terror. La mirada eurocentrista que considera el «descubrimiento» de un territorio ya habitado, sumado a la búsqueda de riquezas a costa de la explotación y el sufrimiento de los pueblos originarios, son aspectos que debemos reconocer y reflexionar para construir un futuro más justo e inclusivo.
¿Y qué pasa con Diego de Almagro? Regresa a Perú al no encontrar riqueza en Chile y es ejecutado un 8 de julio de 1538, producto de la guerra civil con Francisco Pizarro por obtener el control del Cuzco.
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