- Recientemente celebramos el Día Internacional de las Niñas en las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), una jornada que además de evidenciar los desafíos que enfrentan las jóvenes en este campo, pone de manifiesto las inmensas oportunidades que estas disciplinas pueden ofrecer para su desarrollo y proyección profesional.
Actualmente, el panorama de las carreras tecnológicas sigue mostrando una marcada inclinación masculina. Según proyecciones, para el 2050, un 75% de los empleos estarán ligados a las áreas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemática, por sus siglas en inglés), sin embargo, las mujeres hoy representan apenas un 22% en áreas tan críticas como la Inteligencia Artificial. Esta disparidad no solo refleja una desigualdad en el acceso y la participación, sino también una significativa pérdida de potencial creativo e innovador para nuestra sociedad.
A pesar de estos desafíos, existen iniciativas como “ICT Go Girls!», que se han implementado en varios países europeos con estrategias adaptadas a sus contextos locales. Por ejemplo, en Alemania y Austria, programas de mentoría dirigidos por mujeres profesionales de las TIC han probado ser efectivos al proporcionar modelos a seguir. En Bélgica, los talleres prácticos permitieron desmitificar la tecnología para muchas jóvenes, mientras que, en España, la combinación de charlas inspiracionales y actividades prácticas con participación familiar logró fortalecer el interés y la confianza en estas áreas.
En Chile también disponemos de diversas instancias de promoción, destacándose numerosas fundaciones y programas, además de esfuerzos significativos por parte de las universidades.
Un sondeo realizado en Grecia con estudiantes de enseñanza media, reveló que las expectativas positivas de los profesores tienen un impacto directo en cómo los jóvenes perciben las TIC, considerándolas como herramientas creativas y significativas. Esto es particularmente relevante porque desafía la noción preconcebida de que las niñas tienen menos capacidades o interés en la tecnología comparado con los niños.
Para avanzar hacia una mayor inclusión femenina en este campo, necesitamos adoptar un enfoque que contemple educación, mentoría y políticas de apoyo. Integrar la tecnología en los currículos escolares y asegurar una formación docente adecuada, como se ha visto en diferentes países, son pasos fundamentales. Asimismo, es crucial promover un ambiente que apoye la participación de las niñas desde temprana edad, desafiando estereotipos y promoviendo una equidad de género.
Este día internacional es una ocasión para reflexionar, pero por sobre todo, un llamado a movilizarnos. Es vital que todos los actores de la sociedad, desde educadores hasta políticos, reconozcan y promuevan el potencial de las niñas en las TIC. Al hacerlo, no solo estaremos asegurando un futuro más inclusivo y representativo, sino que también estaremos potenciando una sociedad que aprovecha al máximo sus talentos y capacidades. Es imperativo que asumamos un compromiso firme con esta necesaria transformación y de largo alcance.
Equipo Prensa
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