Yirda Romero, Directora Carrera de Pedagogía en Educación Diferencial UDLA Sede Viña del Mar
Educar, como afirmaba Gabriela Mistral, es “abrir puertas y ventanas». Esta frase resalta la idea de que la educación no solo se limita a transmitir conocimientos académicos, sino que también implica cultivar valores y habilidades que contribuyan al desarrollo integral de los estudiantes. Es un desafío constante, especialmente en el contexto actual, donde la educación se enfrenta a múltiples obstáculos que van más allá de la implementación del currículum nacional.
Es crucial resaltar la relevancia de enseñar valores como el respeto, la tolerancia, la solidaridad y la honestidad. Estos son esenciales para fomentar una convivencia armoniosa en el aula y promover un ambiente de comunicación abierta y respetuosa, fortaleciendo la empatía entre los estudiantes, creando así un entorno propicio para el aprendizaje y el desarrollo personal.
Como profesores sabemos que enseñar valores no se limita a las palabras en el aula, sino que requiere acciones coherentes con lo que hacemos en el día a día. Somos modelos a seguir para nuestros estudiantes, y cada acto de integridad, respeto y empatía que mostramos, deja una impresión que trasciende en ellos.
Desde ahí, lo relevante que es transmitirlos con autenticidad, sabiendo que nuestras acciones tienen un impacto profundo en la formación de las futuras generaciones. En nuestras manos está el poder de moldear un mundo más humano y es nuestro deber cultivarlo con cada gesto que compartimos.
Es un desafío que como profesores diferenciales tengamos una comprensión profunda de los valores humanos y las formas de promover su progreso tanto a nivel individual como social. Debemos priorizarla, considerando su papel crucial en el desarrollo integral de los estudiantes con necesidades especiales. Esto nos permite promover el bienestar emocional, fomentar la inclusión y la aceptación, las habilidades sociales, preparar para la vida independiente y contribuir a una sociedad más inclusiva. Finalmente, no solo impacta la vida de los estudiantes, sino que también influye en la percepción de la sociedad hacia las personas con discapacidad.
Equipo Prensa
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