Enero y febrero se asocian a meses de descanso. Es un periodo de receso perfecto para tomar unas merecidas vacaciones, poder reponer fuerzas y replantear cómo desean que sea este nuevo año académico.
Las vacaciones son fundamentales para la salud física y mental. Se reducen los niveles de estrés, se recargan energías, existe más motivación por hacer actividades y se mejora la salud. La evidencia científica, muestra -por ejemplo-que cuando baja la presión, también descienden los niveles de cortisol, lo que favorece la calidad del sueño y la memoria.
De esta manera, el descansar permite que el organismo pueda reparar los daños provocados por el cortisol y -a su vez- aumente la capacidad de la creatividad. Es un espacio para refrescar la mente con nuevas ideas y actividades, lo que ayuda a replantearse el estilo de vida que se está llevando. Adicionalmente, es una excelente ocasión para reencontrarse con la familias y los amigos, lo que ofrece posibilidades de tener momentos de recreación en un ambiente cariñoso y afectivamente positivo.
La directora Escuela de Psicología de la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM), Carmen Gloria Baeza Ugarte, entrega algunos consejos y recomendaciones para hacer buen uso del tiempo de descanso y volver en marzo con nuevos hábitos que ayudarán a la salud de las y los estudiantes este 2024.
“Frente a las bondades y ventajas que nos ofrecen las vacaciones, también tenemos -con este mismo hito- la oportunidad de adquirir hábitos que favorezcan nuestra salud física y mental y que nos pueden acompañar durante todo el año. Por lo general, cuando estamos bajo estrés, como un año académico intenso -por ejemplo- nuestro cerebro recibe menos riego sanguíneo, tenemos más cortisol, estamos más cansadas o cansados, con una percepción más negativa de las cosas, lo que hace que todo nos cueste más. En cambio, disponer ahora de un tiempo libre, es un buen comienzo para instaurar hábitos e incorporar actividades y pensamientos que mejoren nuestro bienestar a largo plazo”, explica Baeza.
Y advierte –eso sí- que no existen “recetas mágicas” ni mucho menos. “Un hábito no se crea de la noche a la mañana. Requerimos ser constantes y estar altamente motivados para el cambio, de esta manera, estaremos asegurando que estas nuevas rutinas se mantengan en el tiempo y a lo largo de nuestras vidas”, dice.
La psicóloga comenta que si bien es cierto que las vacaciones generan gratos recuerdos, relajo y recuperación de energía perdida, “también son una buena oportunidad para generar una versión mejorada de uno mismo. Disfrútalas y aprovéchalas para sacar lo mejor de ti”, enfatiza.
Tips claves
A continuación, la también Doctora en Psicología entrega ocho consejos que pueden ayudar para que los propósitos y cambios que se inicien en vacaciones se mantengan en el futuro y se consoliden como hábitos de vida:
En primer lugar, cada propósito que tengamos y queramos instaurar como un hábito saludable que nos acompañe en nuestra vida, se debe establecer en función de objetivos concretos y realistas. Uno de los principales motivos del por qué una persona abandona un hábito, es porque se fijan metas muy elevadas o a muy largo plazo, lo que hace difícil visualizar cuánto hemos ido avanzando para conseguir nuestros objetivos. A la larga, nos desmotivamos y aparecen sentimientos de apatía.
Siempre mantén la motivación en lo que te propongas. ¿Cómo? Esto lo podemos conseguir reforzando cada logro y avance hacia nuestras metas. Por ejemplo, si te has propuesto estudiar todos los días llegando a tu casa durante una hora y has visto que te ha traído buenos resultados, podrías considerar la posibilidad de premiarte un día viernes haciendo alguna actividad diferente con tus amistades.
Aprovecha las vacaciones para hacer una desconexión digital. Muchos estudios dan cuenta que una persona pasa aproximadamente 10 horas diarias de su vida vinculada a su teléfono celular o al internet. Esta cifra es realmente alta si lo que buscamos es poder descansar de nuestras labores y pasar tiempo con nuestras familias y amigos. Frente a esto, lo más lógico sería aprender a “sobrevivir” sin la tecnología, aunque sea por unos días en tus vacaciones, sin revisar mail, WhatsApp, u otras redes sociales. ¿Has hecho la prueba? Se ha demostrado que cada vez que nos desintoxicamos digitalmente, volvemos más creativos, con mayores iniciativas, tenemos una mayor sensación de control de nuestras actividades diarias, mejora la calidad del sueño y nuestro cerebro lo agradecerá.
Mantén rutinas que sean fáciles de manejar por ti y difícilmente ignoradas. Por ejemplo, si te has propuesto tomar agua todas las mañanas, antes del desayuno; comienza con la ingesta de un vaso de agua y luego irás aumentando esa cantidad si lo deseas. Esto sería más realista que proponer tomarse todas las mañanas una botella de agua antes del desayuno si nunca lo has hecho.
Mantén en vacaciones un ritmo de vida equilibrada, aprovecha el verano y disfruta de consumir frutas y verduras de la estación, puedes salir a caminar para despejar tu mente, conectarte nuevamente con el entorno y las personas.
Duerme lo suficiente y mantén una rutina de sueño. Descansar nos ayudará a estar más activos y mejorará nuestro rendimiento. Las vacaciones son una buena oportunidad para adquirir una buena higiene del sueño, esto te ayudará a la atención y estar en mejores condiciones de vigilancia frente a los estímulos. Tener un sueño reparador es tan importante como comer, vestir, o relacionarse, no lo debes olvidar.
Aprovecha de limpiar y ordenar tus cosas. La sensación de limpieza en el espacio que habitas aporta calma y tranquilidad. Evita dejar la ropa tirada en tu dormitorio, ventila tu habitación, recrea tu ambiente con colores suaves y relajantes.
Genera instancias de autocuidado diario: Rodéate de personas que te generen sensación de bienestar, haz algo cada día por ti y date las gracias por ello, chequea tu salud emocional todos los días preguntándote ¿cómo me siento en estos momentos?, ¿qué nivel de energía tengo?
Equipo Prensa
Portal Educa