Según datos del Centro Sismológico Nacional, durante 2022 se registraron más de 7.200 sismos, cerca de 20 movimientos telúricos por día. En este contexto, el acero es uno de los pocos materiales que posee un nivel de ductilidad tal, que puede deformarse, sin romperse, evitando que las estructuras colapsen.
Desolación causan las imágenes que han circulado por los medios de comunicación y redes sociales de los terremotos recientemente ocurridos en Turquía y Afganistán. Miles de fallecidos y ciudades completas en el suelo son solo algunas de las postales que dejan esas verdaderas catástrofes. Pese a que en Chile ocurren sismos de mayor intensidad y con más frecuencia, la situación es completamente diferente.
Con el tiempo, y tras varias experiencias, el país ha logrado un estándar en la calidad y el diseño estructural, asegurando un correcto desempeño de sus edificaciones frente a sismos considerables. “Si tuviera que decidir -en Chile- qué hacer durante un terremoto, si salir de una estructura de hormigón armado arrancando o quedarme dentro, yo preferiría la segunda”, aseguró Augusto Holmberg, Gerente General del Instituto del Cemento y Hormigón (ICH).
Y es que, para muchos, la posibilidad de un terremoto de gran magnitud no está tan alejada, ya que -según expertos- hay energía acumulada suficiente para que ocurra un evento de esta naturaleza. En ese sentido, y poniéndonos en un escenario hipotético de un terremoto igual o superior a los de Valparaíso en 1730, Valdivia en 1960 o Concepción en 2010, ¿cuál sería el desempeño de las construcciones actuales?
“El sistema constructivo ha permitido que Chile tenga un liderazgo mundial en cuanto a comportamiento sísmico, dado principalmente por el uso de materiales como el hormigón armado (hormigón + acero), utilizado sobre todo en la construcción de nuestras casas desde principios del 2010, dando como resultado estructuras mucho más seguras que las que teníamos históricamente”, explicó Augusto Holmberg, Gerente General del ICH.
Para Holmberg, es importante destacar que por su elevada durabilidad y bajo mantenimiento, este método constructivo ha ido reemplazando los ladrillos cerámicos o albañilería, el que sigue siendo un material validado por su desempeño sísmico, pero que por diferentes variables ha ido quedando atrás.
Seguridad, ductilidad y durabilidad
Desde sus orígenes, el acero ha estado ligado al mundo de la construcción, marcado por diversos progresos tecnológicos e innovaciones que han mejorado su proceso productivo no tan solo desde la perspectiva de calidad del material, sino también desde un enfoque medioambiental. Es un material reciclable que se puede recuperar en un 100% manteniendo las mismas propiedades que el material original.
Ahora bien, cuando este material se mezcla con el hormigón, se aprovechan las características propias de cada uno de estos materiales, observándose una beneficiosa alianza que permite entregar características antisísmicas a la construcción de edificios, casas, carreteras y estructuras de gran envergadura.
Es así como el hormigón armado es altamente confiable, ya que cuenta con materiales de calidad superior (como el hormigón y el acero) que aportan a su resistencia, es de fácil disponibilidad y de rápida ejecución en la obra. Para Manuel Riquelme, Jefe de Desarrollo de Productos en Aceros AZA, una de las principales empresas productoras de acero de Chile, “la importancia y validación del hormigón armado se basa en que los materiales que lo conforman, tanto el hormigón como las barras de refuerzo, poseen un control de calidad exhaustivo, lo que asegura un material resistente y dúctil con gran rigidez”, afirmó.
Esto lo refuerza el Arquitecto y académico de la Universidad Central, Uwe Rohwedder, quién enfatiza que la seguridad de Chile se debe principalmente a los materiales usados, pero también a un avance en normas -de producto y sísmicas- que obligan a la construcción a cumplir con criterios elevados. Sin embargo, el docente asegura que existen desafíos comportamentales, ya que “lograr una cultura sísmica más adecuada, requiere actitudes en lo conductual. En caso de un gran terremoto, hay que decidir si es conveniente quedarse en el lugar o salir”, agregó.
Por ello, es que los expertos en la industria ratifican que este material es el más adecuado, “el hormigón y el acero es una pareja perfecta, totalmente compatibles y de comportamientos probados y conocidos, el tradicional A630y toda la familia de hormigones estructurales han tenido un excelente desempeño. Esto se debe a la interacción y compatibilidad de sus componentes, tanto así que toda estructura con estos materiales en caso de sismos, bien diseñada obviamente, tendría un porcentaje muy bajo de daños”, finaliza Riquelme, Jefe de Desarrollo de Productos en Aceros AZA.
Equipo Prensa
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