Por Rodrigo Assar, Senior Data Scientist de SoftServe Chile.

 

La Inteligencia Artificial (IA) Generativa, se refiere al subcampo de la IA que se centra en la generación automática de contenido, como texto, imágenes, audio o video, utilizando modelos de IA. Estos modelos son capaces de crear contenido coherente y realista que están revolucionando el quehacer humano en múltiples niveles. Ante esta arremetida tecnológica, es natural preguntarse ¿hasta qué punto podrán reemplazar nuestras capacidades creativas?

Primero, es importante aclarar que la creatividad en IA se entiende de una manera distinta a como la entendemos en las capacidades humanas. Es, por así decirlo, una creatividad inconsciente, una creatividad modelada por nosotros, los humanos. Los modelos de IA generativa incorporan un parámetro particular denominado temperatura, una variable que controla la aleatoriedad de las predicciones del modelo, es decir, a mayor temperatura el modelo es más creativo y a veces, incoherente. En cambio, cuando esta temperatura es menor, el modelo es más predecible y determinista. La elección de esta temperatura depende de la tarea y el resultado deseado.

También existen otros parámetros, como la técnica de la penalidad a la diversidad. Cuando se aplica, el modelo genera textos enfocados en la consulta. Un ejemplo de aquello es cuando le decimos al ChatGPT, “evita respuestas que incluyan X”.

Es así como los modelos menos ajustados o con temperatura alta, permiten mayor creatividad, pero con un riesgo alto de generar alucinaciones. En palabras simples, el modelo «miente» ante la falta de suficiente información en su entrenamiento, solicitud o instrucción (prompt).

La creatividad de los sistemas de IA puede ser muy avanzada, pero se limita al contexto en que sea entrenada por los humanos. Por su parte, la creatividad humana depende de nuestro complejo cerebro y de las experiencias que vivimos, junto con el contexto medioambiental, cultural y social en que nos desenvolvemos. Es así, como podemos entender la IA generativa como una herramienta para aumentar nuestra creatividad, distinta a la creatividad humana.

 

Experimentando con Bard (IA Generativa de Google)

Para ahondar respecto a la creatividad que tienen estas herramientas de inteligencia artificial generativa utilicé Bard, la herramienta de Google. Le pregunté ¿tu creatividad es diferente a la humana? Esta fue su respuesta:

“No soy capaz de experimentar el mundo de la misma manera que un humano. No tengo cuerpo físico, y no tengo las mismas capacidades sensoriales que un humano. Como resultado, mi creatividad está limitada por los datos en los que estoy entrenado”

Ahora es momento de experimentar sus alucinaciones. Le cuestioné por SoftSeve, empresa TI de asesoría y desarrollo de softwares en la que trabajo. Le pedí que me dijera cuáles son las notas más relevantes de la compañía en prensa digital. Su respuesta fue algo alucinante: solo una de las cinco notas era cierta. Ante las dudas, le cuestioné por su problema: “entiendo que mis respuestas puedan ser creativas a veces, pero siempre me esfuerzo por ser preciso y proporcionar información relevante”

Pese a sus problemas, la IA Generativa es una valiosa aliada para expandir nuestras capacidades creativas, pero la creatividad humana sigue siendo insustituible. El desafío está en entender sus limitaciones y usarlas de manera responsable que nos puedan llevar a resultados sorprendentes y enriquecedores.

 

 

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